Quise volver a encontrarte entre mis brazos
la mañana que corría el olvido hacia tu
encuentro,
yo volvía presuroso a tus labios
como quien vuelve desorientado de sus paseos
estelares;
yo volvía a la humedad de tus besos,
pero tu nombre ya se había perdido
en la noche de un adverbio.
Al volver encontré la cama tendida,
las sábanas limpias;
encontré el desorden sosegado,
impúdico delator de tus ausencias;
y supe entonces que acababas de despertar
del sueño
y que entraba yo en la vigilia interminable
de esperar que abrieras al fin la puerta
y me invitaras con un beso a descansar en
tu regazo.
Al volver comprendí que no había retorno
para el que despierta de algún sueño
compartido;
asumí la vigilia como consecuencia
y marché resignado a encontrarme contigo en
el silencio.
May. 02-2016
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