Yo, que no te espero,
te encuentro sentada en el
horizonte;
rechazando con tu
indiferencia mis miradas,
y pulsando las cuerdas de un
instrumento desafinado
que suena a olvido y a parodia
de paraíso perdido.
Y camino hacia ti, o hacia
el espejismo que te nombra,
y me someto a las sombras que
habitan en tus párpados cerrados,
la luz negada que acaricia
otro suelo,
otro cielo, otra boca;
y me voy destiñendo de
emociones
para volverme inconsistente
melodía que se desvanece en el aire.
Mar. 22-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario