Ya no te encontraré
cercana,
al alcance de alguna
mirada,
de una frase casual
que tienda un puente entre ambos;
te habré perdido
como el tiempo que se pierde
en la lectura de malos
libros
o en el recitar de versos
como estos;
y no sabrás siquiera
que te he perdido,
porque ignoras
incluso que te he encontrado.
Seguirás
recorriendo las calles de esta u otra ciudad,
reconociéndote en
otros labios,
resguardando esperanzas en brazos ajenos
hasta que alguno
alcance no perderte,
y te encuentre a su
lado,
a mitad del puente
que haya unido sus caminos.
Para entonces yo ya
no recordaré nada,
o recordaré apenas
que te encontré en algún momento;
y es que aquellos
que ignoran haber sido encontrados,
ignoran también el
hecho de haber sido olvidados.
Oct. 19-2016