los recuerdos
desvanecidos, las miserias pasadas,
las glorias olvidadas.
Sentado a la vera de tu
colosal sinfonía,
oyendo tu cuerpo pasar
hacia la nada invisible,
hacia el todo inabarcable;
te miro mutar a cada
instante y me reflejo en tus aguas,
me reflejo en tus aguas
como queriendo ser lo que eres
ser cambio ligero, ser
linfa serena,
ser y no ser y ser todo y
ser nada.
Hacia lo inconmensurable
caminas,
hacia el ocaso, a un final
lleno de ti y lleno de tantos;
consciencia celeste,
inconsciencia colectiva;
universo de universos,
sueño de sueños,
ilusión de ilusiones,
anhelo de anhelos;
abarcas, caminante, en
paso atemporal
el pasado, el presente, el
futuro.
Eres lo que no serás, y
serás lo que aún eres;
eres como yo que siendo yo
mismo
fui niño, fui joven,
adulto soy y seré viejo,
seré viejo siendo el niño
que ya no soy.
Marchando te deslizas al
ocaso,
a la aurora nueva de un
día claro,
al principio difuso de
finales tantos;
y yo que te observo pasar
me marcho contigo,
me marcho contigo en el espirar
de mi respiración,
en el vagar de mis
pensamientos,
en el sopor de mis sueños
vencidos;
me marcho contigo en el
surco de tus líneas dispersas
y en el glogloteo de tu
cabellera cristalina
que roza la piel de mis
frágiles dedos
y rompe la cadena del
silencio sombrío.
Y pasas y pasas, caminas,
caminas;
te marchas distante, y
sigues conmigo,
vislumbro tu boca en el
horizonte lejano,
adivino a tus ojos oteando
el paisaje,
a tus brazos alargando la
esperanza de abrazar lo inasible
y a tus pies rezagados les
escucho remontar
la estela sinuosa de tu
cuerpo abundante.
Y pasas y pasas y no
terminas de pasar,
y es como si regresaras,
como si volvieras,
como si no desearas seguir
el camino
y te quedaras a acariciar
las riberas que amas,
que extrañas y no dejas
posponiendo el final,
retardando la ilusión.
Aquí yo me quedara
contemplándote volver,
contemplándote ser y
dejando de ser,
aquí te admirara
indefinidamente
hasta rayar el alba de la
esperanza anhelada,
pero debo regresar a mi
cauce florido,
a mi causa latente, al
potente latido;
debo volver a mi sinuosa
vereda
y descomponer los enigmas todos
de la sinfonía inconclusa
que se esparce en el aire.
Se libre, fugaz, continúa
tu cíclico camino,
continúa tu búsqueda que
seguiré yo la mía,
¡Avancemos al horizonte
que se nos oculta!
Jul. 04-2011